El pastor corrupto, el pastor violento y el pastor simulador

Alfredo Martínez de Aguilar/ Despertar

La corrupción en todos sentidos, intelectual, moral y particularmente material, es consubstancial a la naturaleza humana. No es por ende privativa ni mucho menos monopolio de la clase política.

Las Iglesias empezando por la Católica y cristianas no escapan a ello. Para comprobarlo, baste mencionar el caso de tres pastores religiosos corrompidos por el dios del poder y del dinero.
En el reportaje La inconfesable alianza de Gabino Cué, Milenio Semanal reveló por conducto de Diego Enrique Osorno la alianza con Jorge Franco Vargas, el brazo derecho de Ulises Ruiz Ortiz.
Con amplitud de detalles se prueba que un aliado clave y oculto de Gabino fue Franco, no sólo el apoyo del presidente Calderón, la APPO y López Obrador para ganar la gubernatura de Oaxaca.
“Desde su posición de poder y sin renunciar al PRI, logró que un importante sector de la iglesia cristiana local -representada por el pastor Elías Betanzos- apoyara también al candidato opositor”.
“No es poca cosa: el movimiento cristiano oaxaqueño tiene su peso: en 2006 fue uno de los pocos grupos que salieron a las calles a respaldar abiertamente la permanencia de Ulises en su cargo”. “Los cristianos montaron incluso una estación de radio clandestina (Radio Ciudadana), desde la que arremetieron en contra de Los Appos, que sitiaron la ciudad con marchas y barricadas”.
Aprovechando su posición de pastor, Betanzos ha utilizado a las autoridades municipales cristianas para hacer negocios con un conocido grupo empresarial de venta de materiales para construcción.
Paradójicamente, no fueron el ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, ni el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, quienes determinaron el apoyo del PRD a Cué, sino Franco.
Cué trataba de incluir al PRD en la alianza con el PAN, PT y Convergencia y lo logró el funcionario más señalado por encabezar la represión en contra de la APPO y de grupos rebeldes como el EPR.
El apoyo de Jorge Franco a Gabino Cué no paró ahí. El mismo día que Ulises Ruiz destapó al Señor Pérez, Franco Vargas buscó establecer contacto con el equipo de campaña de Cué Monteagudo.
Para esto se valió de Amador Jara, a quien Franco Vargas había apoyado para que consiguiera la presidencia estatal del PRD en Oaxaca. Detalle no menor que prueba la complicidad PRI-PRD.
La muerte de Nazario Moreno González, El Chayo, reveló que fue el pastor que controló el cártel de La Familia Michoacana, entre mensajes de fanatismo religioso y de extrema violencia.
La Familia, se describe como un culto religioso debido a que pretenden justificar la tortura y homicidio de sus rivales como parte de una acción de limpieza espiritual y de justicia divina.
El Chayo tuvo su propia “biblia” o manual espiritual, que adoctrinaba a este grupo criminal con base en lectura y cursos de crecimiento personal, de valores y de principios éticos y morales.
Incluso, según la PGR, el mismo Chayo exigía a los miembros de este cártel el evitar las drogas, el alcoholismo y mantener la unidad familiar. Así de contradictorio era este jefe del narcotráfico.
Y el pastor simulador no es otro que Francisco Romualdo Wilfrido Mayrén Peláez, el tristemente célebre “Padre Uvi”, corrupto y corruptor, enriquecido por los gobernadores del derrotado PRI.
A pesar del escándalo por el mal ejemplo entre los feligreses de la Iglesia Católica por sus mujeres y sus hijos, hay quienes pretenden hacer a un lado las razones morales y justificar su activismo.
¿Por qué Uvi no actúa honestamente para no violar sus votos de castidad y permanecer célibe dejando a un lado su ministerio religioso como de manera congruente lo hizo el Padre Marinero?

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