Revés de la Corte al PRI o las estupideces en el Congreso

Una de las críticas más caústicas reiteradamente contra los gobernadores de los últimos sexenios ha sido rodearse de bufones, conseguidores de todo y “burbujas” incondicionales y cómplices.
Así ocurrió con Heladio Ramírez López con el grupo echeverrista de Los Extraditables, Fausto Cantú Peña, Félix Barra García, Alfredo Ríos Camarena y el eterno gurú Augusto Gómez Villanueva.
La mala fama que precedía a todos ellos, como saqueadores de la riqueza nacional y promotores de las invasiones de tierras, deterioró seriamente la institucionalidad republicana de Heladio.
Lo mismo ocurrió con la corrupción de Crispín Carrera, “El Toluco” Márquez y, sobre todo, Lino Celaya Luría, quien se convirtió en factótum con el apoyo invaluable de Sergio Vera Cervantes.
A Diódoro Carrasco Altamirano no le fue nada bien con sus asesores tecnócratas, encabezados por Armando Labra Manjarrez, Gabriel Székely, Álvaro Echeverría, Gustavo Esteva, entre otros.
Peor le fue con sus amigos de La Pandilla de Santo Domingo, particularmente Jorge Bustamante García, quien junto con Elpidio Concha Arellano, entre otros, pidieron su expulsión del PRI.
Con José Nelson Murat Casab llegaron nuevos filibusteros a saquear Oaxaca con La Pandilla de los Aduaneros, encabezados por Flavio Bayliss Gaxiola y Guillermo Megchún Velásquez, entre otros.
A éstos se sumaron el grupo de los chiapanecos y los escasos amigos locales que tenía Murat como Juan Díaz Pimentel, Jorge Zárate Ramírez, Froylán Cruz Toledo y Bulmaro Rito Salinas.
Otro tanto ocurre con el agonizante gobierno de Ulises Ruiz Ortiz, en el que sus más cercanos amigos y colaboradores, lo han embarcado en peligrosas tormentas políticas innecesarias.
¡Cómo olvidar las y los oaxaqueños el incalculable daño ocasionado a Oaxaca por Jorge Eduardo Franco Vargas al detonar con su intolerancia y autoritarismo el conflicto político-social del 2006!
Por supuesto que no salen nada bien librados algunos muratistas que lograron enchufarse con Ulises Ruiz, como Abel Trejo González y Bulmaro Rito Salinas, además de algunos ulisistas puros.
Prueba de ello, ahí están las graves consecuencias para el PRI-gobierno por las estupideces que se han cometido en diversas instancias, como el Congreso del Estado, con Herminio Cuevas Chávez.
Éste es el caso del severo revés de la Suprema Corte de Justicia al reformar la Ley Orgánica del Congreso para conformar la Junta de Coordinación Política y desaparecer el liderazgo cameral.
La Corte declaró inconstitucional la reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo de Oaxaca aprobada el pasado 15 de julio, al no guardar las formalidades esenciales del procedimiento.
En forma por demás estúpida el pastor de la bancada tricolor y sus asesores permitieron que la mayoría priista violara el proceso reglamentario para discutir las modificaciones a la Ley Orgánica.
Con mayor visión y sensibilidad, sin la soberbia que caracteriza a los diputados priistas, lo más fácil y sencillo era dar participación a las fracciones legislativas minoritarias en el Congreso del Estado.
De esta manera, se hubiera evitado atentar contra el derecho de audiencia de los panistas, perredistas y convergentes al no dejarles en estado de indefensión, lo que violó sus garantías.
Muy caro pagarán los priistas estas estupideces provocadas por sus errores políticos de primaria, máxime cuando olvidan que en todo momento tienen en contra al gobierno federal de Calderón.
Esperemos que el nuevo coordinador de la fracción legislativa del PRI, Martín Vásquez Villanueva, no enloquezca por la soberbia y pierda la dimensión de la realidad para no cometer estupideces.

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