La oposición no podrá gobernar Oaxaca sin el PRI

En un mes más Oaxaca empezará a vivir una aparente nueva realidad política. Sólo aparente, porque la terca realidad es aplastante y termina por imponerse. Ante hechos no hay palabras.
La real politik va más allá de las buenas intenciones y deseos. Desde el año 2000 hemos visto que no basta la simple alternancia para alcanzar la democracia plena y el cambio real y a fondo.
El mayor problema para cambiar el estado de cosas actual requiere indispensablemente de la transformación radical de la ingeniería constitucional vigente desde el Congreso de la Unión.
Tal meta ambiciosa se antoja no sólo titánica, sino prácticamente imposible ante la falta de mayoría absoluta por parte del partido gobernante y los intereses contrarios de la oposición.
Este ha sido el mayor error del gobierno de los presidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón.
El primero tuvo oportunidad de desmantelar la estructura de poder del PRI y no quiso hacerlo.
Indignados por la derrota presidencial de Francisco Labastida, un grupo de 25 diputados federales del PRI ofrecieron formar un bloque con el PAN y apoyar las reformas de Fox, pero éste no aceptó.
El incumplimiento de los acuerdos establecidos con el presidente Felipe Calderón con el PRI han dado al traste, a su vez, con las reformas que interesan prioritariamente al gobierno panista.
Este fenómeno legislativo se replica en los Congresos de los Estados y no sólo en los todavía gobernados mayoritariamente por el PRI, ya que la oposición también genera parálisis legislativa.
Entronizada la dictadura de la mayoría por la partidocracia y dada la falta de visión de estadista de los gobernantes opositores, el PRI ha hecho valer sus votos para aprobar o no las reformas.
La prueba más reciente de ello es la reposición del procedimiento para aprobar en el Congreso del Estado la creación de la Junta de Coordinación Política, previa desaparición de la Gran Comisión.
A diferencia de la ocasión anterior, el presidente de la Gran Comisión y coordinador de la fracción legislativa del PRI, Herminio Cuevas Chávez, cuidó los detalles parta no cometer estupideces.
Ahora sí, se dio oportunidad de analizar, discutir y rechazar, en su caso, las reformas propuestas a las bancadas opositoras del PAN, PRD, Unidad Popular y Convergencia, amén de cuidar la votación.
Con todo y la línea presidencial será difícil a los ministros de la Corte echar abajo la reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo porque se respetó el formalmente el procedimiento legislativo.
Los ministros cuestionaron la forma, no el fondo de la reforma, al no respetarse el derecho de audiencia de la oposición y dejarle en estado de indefensión, atentando contra sus garantías.
La lección que deja este “affaire” legislativo no es otra que la oposición no podrá gobernar Oaxaca sin el PRI, porque para aprobar las reformas legislativas requiere indispensablemente de sus votos.
Ni en “bola” manteniendo la coalición legislativa le alcanzan sus votos a los cuatro partidos opositores para lograr la mayoría absoluta en las futuras votaciones en el Congreso del Estado.
De ahí la importancia que, con visión y sensibilidad, los coordinadores de las diversas fracciones próximamente en el poder negocien con el presidente de la Junta de Coordinación Política.
Los partidos en el poder en dos semanas más tiene a su favor la apertura dialoguista del coordinador de la fracción legislativa del PRI, Martín de Jesús Vásquez Villanueva. Al tiempo.

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